lunes, 2 de noviembre de 2020

EL KAMASUTRA UNA MATERIA CONDENADO SIN MEDIR LAS CONSECUENCIAS

SEXUALIDAD Y RELIGION SIEMPRE HA ESTADO COMPITIENDO DE FORMA REÑIDA DURANTE LA EXISTENCIA DE LA HUMANIDAD.

Pero en ninguna parte del mundo, como en la INDIA, se ha llegado a asumir este tema como una practica diaria, a tal punto que no han dejado de lado la PRACTICA Y LA REPRESENTACION de las actitudes afectuosas.

Hace 1600 años florecio una cultura NAGARAKA conocidos como hombres de la ciudad, y cultivaban el ARTE AMATORIO, desarrollaron un texto con su nombre KAMASUTRA, instruye a los jovenes, ense los hombres a ser buenos maridos y a las mujeres a ser buenas esposas. 

Enseña a tratar bien a las MUJERES.

EDIFICARON CIUDADES, TEMPLOS, EDIFICIOS, UN COMPLEJO DE PALACIOS.

Pero las universidades educan a los modernos arquitectos, enseñan el significado del Arte, y explican su maximo explendor.

EL MAXIMO PODER DEL SEXO.


  1. https://www.youtube.com/watch?v=0oKoqyP-TxA&t=1247s
  2. https://www.youtube.com/watch?v=U_DZIek4j5s
  3. https://www.youtube.com/watch?v=IyfTt-nMg80
  4. https://www.youtube.com/watch?v=nLE5uE2cixA
 

LOS COJONES DE CELA

Pueden revisar la pagina web de Paul Emile Becat este artista tiene muchas imagenes ilustrativas sobre el tema que nos ocupa.

los cojones de cela | agradable
Arte-erotico, Paul Emile Becat   

http://www.historia-del-arte-erotico.com/1920_paul_emile_becat/

 

Así, en su Diccionario Secreto, se define cojón como: 1. Glándula genital del macho que, en el individuo bien constituido, se presenta formando par. Y agrega como ejemplos, en las casi 30 páginas que gasta explicando las diversas acepciones, variantes y usos del término, la siguiente estrofa de Tomás de Iriarte, s. XVIII:

Me tendistes en el suelo
como si fuera una perra
y con esos cojonazos
me lo llenaste de tierra

Y también la letrilla popular castellana del s. XIX

Los cojones del cura
de Almendralejo,
le pesan veinte arrobas
sin el pellejo

Los cojones del cura
de Argamasilla,
que al andar le sonaban
a calderilla
___________    Ilustración de Paul Emile Becat
 
https://agradable.wordpress.com/2009/06/30/los-cojones-de-cela/

La verga: apelativos frecuentes

Los estudios muestran que ponerle apodos al pene es una compulsión tan vieja como simple. 

Los estudios muestran que ponerle apodos a los péneses masculinos –como dicen los especialistas–  es una compulsión tan vieja como simple. La imaginación popular procede de acuerdo a un gastado manual que detecta símiles morfológicos (“el palo”, “el pistón” o “la manguera”); analogías zoomorfas (“el burro”, “la víbora”, “el pájaro”); representaciones gastronómicas (“la salchicha”, “el chorizo”); ufanías armamentistas (“la bazuka” “la escopeta”, “el dardo”) y, por último, apropiaciones de poder autoritario (“su majestad”, “el diputado” o “el mussolini”), etc.

Los pedagogos interesados en sexualidad infantil registran invariablemente que si se piden nombres del pene a grupos mixtos de menores de 13 años salen, luego de las risitas, abundantes respuestas, mientras que si se pide lo mismo para la vagina el resultado es siempre un incómodo silencio.

A finales del XIX, el magnífico Havelock Ellis, osado precursor de Freud (de quien ya se ha escrito aquí) sostuvo en el quinto volumen de sus opulentos Studies in the Psychology of Sex

que entre todos los órganos sexuales es el pene el que, sin duda alguna, más poderosamente ha impresionado a la imaginación: es el emblema mismo del poder generativo y de ahí que se le mire con una mezcla de reverencia y asombro estremecido que a veces, incluso entre personas educadas, se convierte en horror y disgusto (p. 121).

Es por eso que se le adjudican tantos nombres, sobre todo –dice– en latín y en francés, y “comparativamente menos” en inglés. (Curioso si, como me informa mi amigo @LordMacaulay, el Oxford English Dictionary registra en su Historical Thesaurus, ochenta y cinco nombres para La Cosa en sí.) Esa idea del victoriano Ellis se debe a su lectura del Glossaire érotique de la langue française que publicó Louis de Landes en 1861 y que registra “varios centenares de sinónimos para el pene” (desde la breve vit y el oriental godemichet al rabelaisiano callibistri y a la afanosa quéquette) que se pueden, en dicho libro, ver galantemente documentados en la tradición literaria francesa. 

Calculo que fue en ese Glossaire donde hallaron inspiración tanto el narrador español Camilo José Cela como el filósofo mexicano Elí de Gortari de Gortari (What are you, twins? habría preguntado Groucho Marx). No tengo a mano el Diccionario secreto de Cela, uno de cuyos tomos inventaría y analiza los nombres del pene, que recuerdo muy agudo, gracioso y erudito (y que alcanzó apoteosis en su desopilante relato El cipote de Archidona).

El libro libro de Gortari de Gortari, en cambio, aparece parcialmente en línea: lo suficiente para olvidarlo. Ese Diccionario de palabrejas cuyo prólogo apenas oculta sus deudas con el Glossaire, suma novecientas páginas, la cuarta parte de las cuales enumeran “El nombre del falo” y amontonan caprichosamente un millar y medio de voces y frases, albures y calembures que más o menos revolotean alrededor de la verga recalcitrante.

Rara cosa que, en asuntos de sexualidad, el exceso resulte insoportable, pero ocurre que en este Silabario hasta el ejote es, según su autor, apelativo de verga. El filósofo mira alzarse vergas en cualquier objeto tubular, desde los hot dogs hasta las jeringas; en las palabras que acaban en ote o en ito; en la totalidad de los ofidios, las tuberosas y las armas; las detecta en todo lo que aviente, lance, escupa o derrame, entre o salga (desde la puerta hasta la catapulta), así como en todo lo que se yerga, desde el faro en la costa hasta las chimeneas, “porque son elevadas y sobresalen verticalmente”. ¿Sería esta bizarra lexicología consecuencia de su extensa lealtad al materialismo histórico?

Y lo que no es sobrante es redundante (por ejemplo: “la verga es fálica por excelencia”). A diferencia del señor de Landes y de don Camilo, de Gortari nunca documenta sus entradas. Pero lo peor es la nula prosa:

Verga, del latín virga. Es la designación latina del miembro viril. También significa rama tronchada sin hojas. Varita mágica. Varita encantada. Bastoncillo. Como contraparte, la mujer que no ha tenido acceso carnal es virgo, es decir, la virgen. La expresión “vergas en alto” de los marineros se usa, por asociación de ideas, cuando dos o más hombres están prontos para iniciar la cogienda con una o varias mujeres.

Hay registros tan inauditos como

Acero, por su temple y dureza, la verga se introduce como una espada por cualquier orificio que se le ponga enfrente.

Adivino, del latín addivinare, predecir el futuro o descubrir las cosas ocultas. Porque la vagina se mantiene oculta y el pene la descubre, resulta ser un adivino. Además, por la adoración que recibe, en la misma voz queda incluido su carácter divino.

Ajo, el ajo se parece a la cabeza de la verga.  

Mas rescatable es el registro de algunos albures, viejos en las carpas, y ya rituales huecos en el habla cotidiana, como aquellos que se arman con apariencia de nombres propios:

Tecla Varela Vergara

Zacarías Blanco de la Barra

Zoyla del Hoyo Prieto

Agapito Melo Aguirre

El cura Melchor hizo a gusto

Dorotea Tornillo

Rosa Mesta

Michaira Sakuda

Lope Lara Siqueiros

Aunque sus hermenéuticas –bastante innecesarias por otro lado–  provocan cierta pena:

Agapito Melórquez es un juego de palabras para expresar el deseo de que a uno le ahorquen el pito, es decir, que le opriman fuertemente la verga con el esfínter o jareta muscular que tiene la vagina.

Por último, la más rara y caprichosa entrada del Silabario del señor de Gortari:

Carlitos, designación cariñosa de la verga, como si fuera una persona.

What?

https://www.letraslibres.com/mexico-espana/la-verga-apelativos-frecuentes

 

Todas la palabras del sexo (y el erotismo)

El cuadro La douleur de Pablo Picasso.

"La jodienda no tiene enmienda". Es un dicho tradicional de sonoridad castiza que remite a la incapacidad del hombre de apartar de su pensamiento el deseo carnal. Es una verdad como un templo. El sexo, mutado en sexualidad a través del filtro de la razón, es una pieza crucial en la identidad de toda persona. Y esa circunstancia, inevitablemente, tiene su traslación en el ámbito lingüístico. Existe una diversidad léxica riquísima de voces relacionadas con las lides venéreas. El catedrático Félix Rodríguez González ha recogido más de 6.200 voces en su Diccionario del sexo y el erotismo (Alianza).

Rodríguez Gónzaléz sigue con este volumen la línea abierta por Camilo José Cela en su Diccionario secreto (en dos tomos,1968 y 1971). Esa línea, en su opinión, está caracterizada "por un talante iconoclasta y provocador, y rompió moldes al recoger profusamente voces de significado erótico y explicarlas sin tapujos". Algo que tiene su mérito si tenemos en cuenta que Cela lo empezó a confeccionar sobre el año 70, en una época marcada por el puritanismo nacional catolicista.

Por ese camino se despliegan las definiciones del diccionario de Rodríguez González. Él dice que las ha registrado "sin pelos en la lengua" pues esa es la función del lexicógrafo: plasmar la realidad sin enjuiciarla. "De nada sirve el ocultamiento de expresiones, por más homófobas, sexistas y procaces que puedan resultar a nuestros oídos", remacha. Así que el contenido no tiene desperdicio. A continuación les ofrecemos algunas entradas sustanciosas.

Guayabo m Persona joven y atractiva.
Follarín adj/m vulg Referido al hombre que folla mucho.
Kalila m Denominación que recibe en los Kama Sutra la postura del 69. Literalmente significa 'postura del cuervo', por la costumbre de estos pájaros de entrelazar las cabezas.
Jojoy m, vulg Vagina. Del caló jajoy 'conejo'.
Nefando adj, lit, obs Que horroiza. De latín nefandus, lit. 'que no se puede hablar'. En siglos pasados, especialmente en la Edad Media y hasta el siglo XVII, la Iglesia católica empleaba frecuentemente expresiones como 'vicio nefando' y 'pecado nefando' para referirse a la sodomía.
Poliandra adj/f Referido a la mujer que tiene varios marido a un mismo tiempo.
Poniente m, col Cliente que suele ir con la misma prostituta. Se le llama así porque 'pone' el dinero o los billetes en cada servicio sexual.
Pungofilia f Necesidad de ser pinchado para ser excitado sexualmente.
Sicalipsis f, lit obs Malicia o picardía de carácter sexual, especialmente en un espectáculo. Del griego sykón 'higo' y áleipsis 'frotar', untar' con una clara alusión sexual (higo es 'vulva' en argot).
La jodienda no tiene enmienda Proverbio antiguo que subraya la necesidad y tendencia del ser humano a realizar el acto sexual (y a fastidiar, en su sentido figurado). 

 https://elcultural.com/Todas-la-palabras-del-sexo-y-el-erotismo

 Edit. Grijalbo, S.A. 1988 Barcelona. 8ºM (20x13x3cm)x2. Vol. I. y Vol. II. 900p. Rústica ilustrada con solapas. Muy buen estado. Leves signos de uso. Cubiertas algo sobadas. «Siempre agudo, sorprendente e inconformista, Camilo José Cela es probablemente el único escritor español capaz de tratar sin falsos pudores ni respetos innecesarios, pero con todo rigor y autoridad, esos temas sexuales que nadie trata. De ahí que este diccionario del erotismo resulte, a todas luces, un libro inconformista y, a su modo, insólito, cuyas páginas, que muy bien hubieran podido titularse Diccionario del erotismo, la pornografía, la escatología y la coprolalia, reducen las dimensiones quizá excesivas de la Enciclopedia del erotismo en cuatro tomos, de la que parten, para centrarse más en cuestiones léxicas y generales, enlazando directamente con la otra obra anterior y más conocida de Camilo José Cela en torno a los términos «non sanctos» del castellano: el Diccionario secreto (series «coleo» y «pis»)».

https://iltuffatore.es/book/cela-camilo-jose-diccionario-del-erotismo-vol-i-y-ii/

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